EL SUFRIMIENTO DE LOS JUSTOS

Antes de crucificarme quizás por el título de este artículo, quiero invitarte a que tengas toda la libertad de poder leer este apartado, porque sé que tú como justo también has vivido muchas de estas cosas que aparecerán a continuación.

Ser Justos ante Dios es: Vivir en integridad, rectos y perfectos, en obediencia a él.

la fidelidad a Dios no es ninguna garantía de que nosotros como justos seremos librados de la dificultad, del dolor y del sufrimiento en nuestra vida; allá en Hechos 28: 11-16 Pablo cumpliendo la voluntad del Señor había deseado ir a predicar el evangelio a Roma y de seguro el Señor también. Sin embargo, Pablo llegó a Roma, no en optimas condiciones, sino bien, encadenado y solo después de retrasos, tormentas, naufragio y muchos contratiempos pudo hacerlo; fíjate que aunque Pablo permaneció fiel, Dios no hizo que su camino fuera fácil ni libre de obstáculos. Es que en realidad, el Señor Jesús enseñó que se debe esperar eso de muchos que no compartan esta misma fe (Juan 16: l-4; 33) (2 Timoteo 3:12). De manera que no estoy hablando por mi propia cuenta; la Biblia proporciona numerosos ejemplos de personas piadosas que experimentaron muchísimos sufrimientos por diversas razones; claros ejemplo son José, David, Job, Jeremías, Pablo, entre otros.

Entonces, la gran pregunta que surge entre nosotros es: ¿Por qué sufrimos nosotros, los Justos? Hay diversas razones por las que sufrimos los justos, sin embargo no solo los justos sufren sino también toda la raza humana. Creyentes o no creyentes. Así que, por consiguiente te compartiré varios puntos que considero que son objetivos al momento de hablar del sufrimiento en los justos:

1. Nosotros aun siendo cristianos experimentamos el sufrimiento como una continua consecuencia de la caída de Adán y Eva. Me explico, cuando el pecado entró en el mundo, inmediatamente el dolor, la tristeza, el conflicto y la muerte, se enseñorearon del hombre (Génesis 3:16-19). Por eso Pablo afirma esto de la siguiente forma: Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron (Romanos 5.12). Pero en realidad, todo el universo creado, gime bajo los efectos del pecado y anhela ese cielo nuevo y tierra nueva (Romanos8:20-23) (2 Pedro 3:10-13). De manera que mi respuesta es: Siempre se debe depender de la gracia, de la fortaleza y del consuelo de Dios (1 Corintios10:13).

2. Algunos creyentes sufren por la misma razón que sufren los incrédulos, es decir, como consecuencia de sus propias acciones. Así que, siempre se debe actuar con sabiduría y conforme a la Palabra de que todo lo que el hombre sembrare, eso también segará (Gálatas 6:7), ahora me permito aclarar el contexto de lo que escribe Pablo porque no quiero causar confusiones, y es que los creyentes que afirman que han nacido de nuevo y ahora siguen a Cristo llenos del espíritu santo, y al mismo tiempo conscientemente procuran satisfacer la naturaleza pecaminosa (la carne), estos son culpables de burlarse de Dios y despreciarlo. De manera mis queridos amigos lectores, que nadie se engañe, porque tales personas no cosecharán vida eterna, sino destrucción y muerte (Gálatas 6:7-8) (Romanos6:20-23). Procuremos cuidarnos a nosotros mismos antes de cada acto o decisión que tomemos.

3. Uno que otro cristiano también sufre, al menos en lo profundo de su ser, porque viven en un mundo pecaminoso y corrupto. A su alrededor están los efectos del pecado; sufren aflicción y angustia cuando ven el poder que el mal ejerce sobre tantas vidas y sienten el dolor de todas las almas que se van sin conocer la verdad. A Cristo (Hechos 17:16) (2 Pedro 2:8).

4. Sin embargo, también hay muchos que se hacen llamar Cristianos y sufren por dentro porque aún no han muerto a los deseos de la carne, a las obras de este mundo. Practican el pecado voluntariamente y aspiran tener la mente de Cristo. Se vuelve un constante sufrimiento y terrible tormento. Hay que convertirse en verdad a Cristo y traerá paz y libertad al alma. Por eso Pablo dice los que viven según la carne no pueden agradar a Dios, y agrega la corrección inmediata diciendo que si vivimos por el Espíritu las obras de la carne mueren (Romanos 8: 1-14).

5. Hay casos donde los que son justos sufren a causa del diablo. Si, las escrituras ponen en claro que Satanás, como el dios de este siglo, controla este presente siglo malo. Se le ha dado el poder de afligirnos de diversas maneras (1 pedro 5:8-9). Así también como en el relato de Job se muestra un hombre justo y devoto que, con el permiso de Dios fue atormentado por satanás con indecibles sufrimientos (Job 1 –2). Diría que no son todos los casos para los creyentes pero hay que estar fortalecidos en la fe que es aquella que nos garantiza esperanza en medio de cualquier prueba. Caso similar sucedió con Pablo, reconoció que su aguijón en la carne era “un mensajero de satanás que lo abofeteaba” (2 Corintios 12: 7). De manera que cuando participamos en la guerra espiritual contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, inevitablemente sufriremos la adversidad. Y ¿Cuál es el fin? A fin de que nosotros como creyentes nos enfrentemos a tales ataques, porque Dios nos ha dotado de una armadura espiritual (Efesios 6:10-20); así que pongámonos la armadura de Dios y oremos los unos por los otros (2 Corintios 10:3-6), determinados a perseverar fielmente en su poder.

6. Ahora, Dios mismo puede usar el sufrimiento en la vida como un impulsor para el crecimiento o la transformación espiritual; esta parte en particular me encanta mucho. A esto le llamo: trasformación del carácter. No obstante, en la biblia podemos notar que el Señor usó con frecuencia el sufrimiento para llamar a su pueblo descarriado para que se arrepintiera de sus pecados y renovara su fe y confianza en él. Pero en ocasiones Dios permite esos escenarios de sufrimiento en nuestras vidas porque quiere glorificarse en medio de ese dolor; Santiago les llama a las diversas pruebas que enfrentamos, la prueba de vuestra fe, pues si nosotros enfrentamos esas pruebas con gozo, desarrollaremos una fe perseverante en el Señor y no solo eso sino también, entereza de carácter y una esperanza madura (Santiago1:3).

7. Dios usa el sufrimiento no sólo para fortalecer la fe, sino también para ayudar a los creyentes a crecer en carácter y rectitud. Según Pablo y Santiago, Dios quiere que los creyentes aprendan la paciencia mediante el sufrimiento (Romanos5:3-5) (Santiago 1:3). En el sufrimiento se aprende a depender menos de sí mismo y más de Dios y de su gracia. Es que esa es la gran realidad, que el justo siempre mengue y que él siempre crezca.

8. Por último, me atrevo a decir que Dios puede usar, y usa, el sufrimiento de los justos para promover la causa de su reino y su plan de redención. Me explico, por ejemplo: todas las injusticias que José sufrió a manos de sus hermanos y de los egipcios formaban parte del plan de Dios para salvarles la vida a ellos y a sus familias, y preservar la vida de muchos más (Genesis 45: 3-8) “Así, pues, no me enviasteis acá vosotros, sino Dios”.

Entonces, ¡Qué más te puedo decir! Que la relación de Dios con el sufrimiento de los creyentes si es verás. Todo aquel que comparta y esté dispuesto entender esta perspectiva será bienvenido a la forma de pensar de Dios. Porque lo que no podemos omitir es que Dios participa en los sufrimientos de nosotros; aún cuando el mismo satanás, quiere afligirnos, sólo lo puede hacer si Dios quiere y desea. A esto le llamo la voluntad permisiva de Dios. Es decir Dios nos conoce tanto en medio del dolor y de cualquier circunstancias que él sabe cuándo hacer algo en pro de ti y cuando no. Fíjate que Dios nos ha prometido en su palabra que él no permitirá que seamos probado más de lo que seamos capaces de soportar; es lo que dijo pablo a los corintios (1 Corintios 10:13).

Hoy quisiera y ojalá se pudiera inmortalizar algo, y es que logres entender, que Dios también ha prometido sacar algo bueno de todos los sufrimientos y de las persecuciones de quienes lo aman de verdad y obedecen sus mandamientos (Romanos 8:28). José reconoció esa veracidad en su vida de sufrimiento al darse cuenta qué aun cuando fueron sus hermanos quienes maquinaron maldad hacía él (que a los cuales perdonó), Dios lo encaminó a bien (Génesis 50: 17-20).  

No quiero terminar sin antes recordarte algo, no se te debe olvidar que el Señor comparte la aflicción y el sufrimiento de nosotros ¡Sí! Exactamente cuándo oramos, y nos sentimos destruidos, cuando llegamos literal con el corazón arrugado en nuestras manos y los ojos encharcados de lágrimas; cuando tu mayor sueño hoy en día se convirtió en pesadilla y la mejor visión se te nubló, sí, yo quiero decirte que el comparte eso contigo, ¿Sabes por qué? Porque hebreos me dice que tenemos un gran sumo sacerdote que sufrió en sí mismo las diversas dimensiones de sus pruebas y sufrimientos (Hebreos 4:15-16), y en realidad él llevó nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y hay sanidad para los propios sufrimientos mediante los sufrimientos que él llevó en nombre de los que él amó (Isaías 53:5).

Decidí escribirte esto con mucho amor para que sepas y nunca olvides que Dios usa las circunstancias dolorosas de nuestra vida para el desarrollo y beneficio de nosotros mismos.  Está bien, llora pero cree. Porque todo obra para bien.

El sufrimiento de los justos. Continuará…

-          Andrés Bonza.

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