LIDERAZGO + PROPÓSITO = PRUEBAS, ADVERSIDAD Y QUEBRANTAMIENTO


Hace algunos años se despertó una curiosidad por las historias de los grandes hombres de nuestra organización, por saber más a fondo sobre sus vivencias durante los comienzos de nuestra iglesia y su juventud.

Comencé a interesarme cada vez más por las anécdotas que contaban acerca de la iglesia primitiva en Colombia y todos aquellos sucesos difíciles que vivieron los primeros cristianos, comencé a leer “Una Historia Que No Termina” el cual no pude terminar por falta de disciplina, pero lo poco que pude leer me encantó. Año tras año ese deseo de indagar sobre la historia reciente de nuestra iglesia fue creciendo, al punto de hablar con personas que compartían el mismo sentir que yo, esto me llevó a hablar por teléfono con ancianos de nuestra organización que fueron pioneros. Atravesando momentos difíciles pero viendo siempre la poderosa mano de Dios actuar en medio de la adversidad.

En todos ellos noté un patrón repetitivo de conducta, a pesar de cometer errores humanos como todos lo hacemos, ellos se mantuvieron siempre firmes y creyendo que Dios es fiel, eso hizo que su fe se mantuviera firme.

Eso cautivó tremendamente mi atención y me hizo preguntarme a mí mismo si yo sería capaz de soportar las cosas que ellos soportaron manteniendo el mismo ánimo y fe a pesar de la adversidad.

Pero bueno, a cada persona Dios le tiene un desierto, un maná y un mar rojo. Todo esto entrelazado, a mi parecer es como si al pasar cada una de estas entonces el siguiente nivel se desbloqueara y comenzaras a vivir en otra dimensión o subieras un escalón en tu vida espiritual. Eso es totalmente normal creo que todos a día de hoy hemos vivido situaciones en nuestra vida que no son agradables del todo pero son esas circunstancias las que nos llevan a acercarnos a Dios y a conocerlo a fondo, a tener intimidad con él.

Estos ancianos de hoy que ayer fueron jóvenes y pioneros del evangelio en Colombia y el mundo, comenzaron como tú, también con inseguridades y quizá cuestionándose día a día si eran aptos para la labor que Dios había puesto en sus manos, la diferencia de ellos con los demás fue que con miedo y sin él, con dudas y sin ellas, se atrevieron a hacer lo que Dios les había mandado.

El liderazgo y el propósito son dos palabras que van de la mano, un líder debe tener un objetivo o propósito definido, liderar no es mandar, es dirigir desde el ejemplo teniendo en cuenta que se marca un camino por el cual los demás van a caminar detrás. Si no se tiene un objetivo claro de lo que se quiere entonces los demás que vienen atrás perderán el tiempo siguiendo las pisadas del líder.

La biblia registra líderes y Moisés es uno de los más icónicos ya que fue a quien Dios usó para sacar a Israel de Egipto y así mismo de la esclavitud, esto inmortalizó su vida, que Dios lo llamara a él para liberar a su pueblo marcó un antes y un después. Todas las cosas que Dios le permite vivir a él tenían como fin formarlo para lo que vendría más adelante para su vida.

Dios lo llamó con un propósito, así como llamó a Josué. Todos los hombres de la biblia en su mayoría vivieron situaciones con mucha adversidad, Pablo, David, José, Daniel y demás. Pero todos ellos fueron usados por Dios a grandes escalas porque a diferencia de muchos ellos se atrevieron a creer a Dios y a confiar plenamente en él, me encanta hablar de personajes cercanos o de nuestra iglesia porque son ejemplos más palpables de que vale la pena vivir para Dios y creerle. Y que no se trata de la posición en la que Dios te va a poner sino de la relación que tú tienes con él. Por algo tu sientes que muchas cosas difíciles solo te sobrevienen a ti y parece que Dios le permitiera fallar a los demás o vivir de cualquier manera, pero a ti esas cosas parece que no te son permitidas, quizá haz llegado al punto de en algún momento desear fallarle a Dios pero aunque lo deseaste y pusiste tu empeño para hacer las cosas mal, ni aún así pudiste fallar, mientras que los otros sin hacer el mínimo esfuerzo fallaron, incluso si tu fallaste a pesar de ello no parece que puedas desligarte de lo que sientes en tu corazón.

Bueno… Esa parte de tu vida se llama, prisionero del propósito.

Tú le entregaste tu vida a Dios y seguramente algún día en medio de un momento donde su presencia se hizo sentir de una forma extraordinaria en tu vida le dijiste lo que yo llamo las palabras mágicas: “Señor haz con mi vida lo que quieras”, al parecer para ti todo siguió su curso sin ningún cambio a la vista, pero Dios que no se olvida de nada te separó. Entonces desde allí han acontecido cosas que para ti son normales pero que para los demás no lo son. Parece que solo son normales para ti.

Lo que Dios ha depositado en ti va mas allá de un simple cargo, José era un simple hijo pero lo que había en el trascendía de en medio de sus hermanos, la túnica que tenía era diferente, era de colores. Los sueños que el tenía no eran acordes a una persona común.

Dios lo había separado a el para ser líder y el no lo veía de esa forma y solo lo entendió cuando llegó el momento indicado. Al igual que tú, puede que no seas un líder nombrado en tu congregación pero hay algo seguro y es que Dios te marcó y de eso no puedes huir.

Hace un tiempo Dios me permitió ir al campo misionero junto con mi familia, llegamos al país que nos designaron y en mi mente llevaba una idea de relato de libro misionero, pensaba que al llegar iba a comenzar a evangelizar a cientos y cientos de perdidos y todos se iban a bautizar en masa, pensaba que vería visiones día tras día y que todo iba a marchar sobre ruedas, en pocas palabras yo me imaginaba viviendo el libro de los Hechos en pleno siglo 21, pero al llegar me di cuenta que al igual que en Colombia, en la obra misionera también mis vecinos eran inconversos y que al igual que los que estaban en mi país ellos también necesitan de Dios, me di cuenta que las cosas no serían mágicas como las imaginé. Me di cuenta que el trabajo era arduo y que debía salir de mi zona de confort y dejarme usar por Dios.

Si, Dios puso en mis manos un liderazgo, el cual en el segundo año de estar en las misiones pude ejercer y trabajar de la mano de muchos jóvenes, comencé a predicar más seguido y Dios me usaba en gran manera. Los cultos de los sábados parecían dominicales. Y todo parecía lindo y hermoso. Pero un día Dios permitió que la escasez visitara mi familia y ya no había abundancia de comida ni de dinero, todo era estricto y muchas veces en medio de ojos llenos de lágrimas y cabizbajo recordaba a mi país y su abundancia, seguía sirviendo y Dios respaldaba su obra y su palabra. Pero esa combinación de servir con el estómago medio vacío no es muy placentera, comencé a perder peso y mi ánimo comenzó a decaer, una tarde entre lágrimas hablando con mi padre le dije “no es justo que yo siendo el líder no tenga forma de pagar el voto que me hice”

Para mí eso significaba mucho, pero era más una cuestión de orgullo. Un día alguien me envió un enlace de YouTube, recuerdo que fue un sábado como a las tres o cuatro de la tarde, era una predica de un pastor joven y allí él hablaba de su experiencia antes de ser pastor, que Dios le habló acerca del verdadero servicio y contó su experiencia con un misionero nacional, el en su mente pensaba muy parecido a mí. Que ser pastor era vestir bien y saber predicar. Pero cuando llegó al campo misionero se dio cuenta que la ropa elegante no cabía allí, se estrelló con la realidad de lo que es el servicio a Dios. Contaba que una madrugada mientras meditaba en lo que estaba viviendo en ese lugar Dios habló a su mente con las siguientes palabras “Esto es servirme”.

Yo comencé a llorar porque sentí y entendí que Dios me habló a mí. En mi mente yo pensaba que simplemente era servir en el altar, vestir bien, mantener mi estatus, pero el propósito para el cual Dios me había llamado trascendía todas esas cosas efímeras a las que yo les había dado el primer lugar en mi vida. Me di cuenta que para poder cumplirse el propósito de Dios en mi vida tenía que ser despojado de las cosas que amaba y valoraba pero que no me eran de provecho, allí no se detuvieron las cosas, al año siguiente fui nombrado en evangelismo y me tocaba ir a hacer cultos en un sector muy peligroso, a veces mientras adecuábamos la terraza donde se hacían los cultos veíamos bajar personas del gobierno fuertemente armadas.

Debo confesar que nunca en Colombia yo fui a cultos de barrio, Refam o algo así por el estilo, pero allá de golpe me tocó estar en el comité de evangelismo. Fui nombrado secretario. Recuerdo que comenzando el año se hicieron varias campañas y sinceramente sufría para entregar un tratado, muchas personas eran amables pero nunca falta quien te lo rechaza en la cara y eso da cierta molestia. Sin embargo el Señor me manda a amarlos.

Rápidamente le agarré el hilo a los cultos al aire libre, iba tres veces por semana, los domingos en la tarde, miércoles y viernes en la noche. Recuerdo que un día invité a un amigo de la iglesia a que me acompañara a culto, ese día al subirme al carro sentí que iba a predicar, mi corazón se aceleró pero habíamos quedado que iba a predicar el líder así que no di importancia al pensamiento hasta que llegué al sitio y me encontré con que todos los hermanos me decían “hermano predique, predique, predique”

Me asusté y el líder me dijo “bueno predique”, yo no tenía nada escrito pero como no era un sentir humano sino de Dios, en cuestión de cinco minutos ya tenía la guía del mensaje hecha en el teléfono, llegó la hora de predicar y ese día pasó algo que no olvidaré. Comencé a hablar del sacrificio en la cruz, y en mi corazón sentía algo que por primera vez sentía, era como si sintiera el dolor y el sufrimiento de las almas, y yo comencé a llorar mientras predicaba en aquella terraza, los hermanos recuerdo que se levantaron de sus sillas y todos comenzaron a llorar y a hablar en lenguas en aquel lugar, mientras yo predicaba con mi voz entrecortada escuché claramente la voz de Dios que me dijo “para esto te traje”. Ese día entendí que Dios me había llevado allá para formarme, para quitar de mí lo que no me permitía crecer, para enseñarme, para hacerme sentir lo que el siente por un perdido.

Todo lo que viví me llevó a entender que el don o el liderazgo que Dios había puesto en mis manos sin un propósito, era como perder el tiempo, quizá tu ni siquiera sabes cual es tu propósito. Pero Dios te quiere formar y eso es seguro. Ya tu vida no te pertenece y aunque trates de ocultarlo lo que sientes en tu corazón sale a flote cuando estás frente a situaciones en las que no puedes quedarte indiferente, Dios te ha hecho diferente, entregaste tu vida y cediste tu voluntad, ahora no te perteneces eres esclavo por amor y tu vida está atada al propósito que Dios tiene contigo. Si, tienes dones y ministerios pero estos deben ser usados para ese propósito.

No te sientas mal por vivir situaciones que solo parecen sucederte a ti, afronta lo que estás viviendo y dile a Dios estas palabras “aunque no entiendo porqué estoy viviendo esto, sé que tú lo estás permitiendo por algo”.

No tengas miedo, no tengas dudas, Dios te llamó para ser luz y referente de muchos, así como llamó a Moisés, José, David, así como llamó a Álvaro Torres, tu no puedes imaginar el tamaño del propósito con el cual Dios te llamó. Así que ama las dificultades que vives, ama al que te hace la vida imposible porque eso hará que el propósito por el cual fuiste llamado se cumpla y hará de ti un mejor líder.

Quiero despedirme y decirte que aquel que la buena obra empezó será fiel en completarla. Filipenses 1:6.

- Víctor Vergara.


Comentarios

  1. Verdaderamente es impresionante ver como Dios te confirma sus planes para contigo, Como josé, tube que salir de pais y desde fuera sostuve a mi familia. Y me senti bien pero no completo, pero sabia que necesitaba estar en el lugar correcto y mis manos ocupadas en lo que realmente debiste. Pero me asuste. Tube miedo. Soy un joven de 25 años, mi estatura me hace parecer de 14 y mi rostro tambien, tube el privilegio de ser llamado al santo ministerio y llenando el formulario tube pánico y me fui sin querer el pastor se diera cuenta. Dejando una nota de disculpas.

    Todo porque pensaba " los heemanaos no me tomaran en serio porque soy bajito y no paresco un joven sino un niño "
    Pero leer esta carta inspirada con sentimientos profundos y vivencias reales en ese pais, HA SIDO UNA RESPUESTA QUE LE HABIA PEPIDO A DIOS, "CONFIRMAME SI ME HAS LLAMADO PARA ESO" Gracias por compartir. Me identifique con todas esas vivencias

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  2. Qué hermoso escrito, y lindo testimonio. Cada vez que iba bajando al leer el mensaje, no podía evitar que mis lágrimas salieran. Esto es, como cuando alguien expresa lo que uno ha vivido. Espero algún día, poder contar como Dios me llamó.

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  3. Qué hermoso escrito, y lindo testimonio. Cada vez que iba bajando al leer el mensaje, no podía evitar que mis lágrimas salieran. Esto es, como cuando alguien expresa lo que uno ha vivido. Espero algún día, poder contar como Dios me llamó.

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  4. ¡Gloria a Dios!
    Que bendición de testimonio. 🙏👏👏👏

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