LO SENTIMOS MUCHO, HICIMOS TODO LO POSIBLE.
Quiero llevarte a reflexionar
por medio de este artículo, y que logres ver la tenaz realidad en la que el
hombre se encuentra sucumbido y sin salida.
Salir hoy en día a la
calle es recobrar nuevamente un derecho que se nos otorga como cualquier otro
ciudadano de este mundo, la libertad. Si, eres libre, pero, cuando miras tus
manos no hay marcas de grilletes, ni de esposas; miras tus pies y no están
sucios de mugre del suelo de alguna prisión; miras tus uñas y hasta bien
arregladas están. Entonces, te estarás haciendo la misma pregunta que me hice
yo, ¿De que somos libres? Puedo decirte con certeza que eres libre de un
concepto llamado confinamiento, puedes ya no solo asomarte en la ventana, ahora
con un tapaboca y con las medidas de bioseguridad puedes salir, pero ¿en
realidad eres libre? ¿Por qué te insisto tanto en esta pregunta? Pues…
¿Qué pasaría si nunca
encuentran la cura eficaz para eliminar el virus? Y solo te dijeran: “lo
sentimos mucho, hicimos todo lo posible”, créeme que esto sería el final
para muchos, unos tomarían decisiones equivocas y perderían total esperanza,
verían un arco iris a blanco y negro, un mar dulce y un rio salado, un sol en
la noche y una luna en el día; verían una vida sin sentido sabiendo que todos
morirían a causa de eso.
¿Sabes cuantas veces
he escuchado esta frase, “lo sentimos mucho, hicimos todo lo posible” y
humanamente no hay nada que hacer? Miles de veces, y no solamente en ocasiones
extremas; la he escuchado en partidos de futbol donde el entrenador que perdió
sencillamente expresa: “a todos los hinchas presento mis disculpas, la verdad lo
sentimos mucho, hicimos todo lo posible”; o, cuando tratas de reconquistar
un amor perdido, y consigues mariachis, pero al final solo te vuelven a cerrar
la puerta del corazón, lo único que recibes en ese momento son las palabras de
un mariachi: “de veras estas canciones eran las indicadas, pero ella no te ama,
lo sentimos mucho, hicimos todo lo posible”; o, cuando el banquero te
llama para decirte que tus finanzas se han ido al suelo: “sabemos que en este
semestre todo vino a pique, y tus finanzas también, lo sentimos mucho, hicimos
todo lo posible”. Ciertamente son palabras que no esperas recibir, y cuestionas
a la vida, ¿Por qué te tuvo que pasar esto a ti? ¿A caso no hay más personas en
la tierra?
Es posible darte cuenta
de que estas cosas no quieres que aparezcan en tu diario, pero no se pueden
evitar, puedes ocultarlas, pero todo sale a la luz para bien o para mal. Si en
verdad crees que esas palabras son las mas fuertes en momentos inoportunos, no
quiero saber como reaccionarías cuando el ser que más quieres en esta vida está
preso y no necesariamente en una cárcel, sino en un hospital tumbado por cualquier
enfermedad, el lecho de su cama lo absorbe como si por debajo hubiese otro
mundo donde quisieran que viviera, y es justo allí donde te das cuenta qué no
estás libre.
Este articulo es redactado
para todos los necesitados de alguien superior a la ciencia, al gobierno, al sistema
social, a los tabús. No ignoro que en momentos así quiere uno llorar y escapar
en el rincón preferido de tus lágrimas; sin embargo, lo humano queda absorbido
ante la mente escasa de fe cuando el ultimo reporte que te llega de ese ser
querido es el que menos esperabas recibir; el del Doctor: “¿Familiar del
paciente? Él había presentado mejoría, pero, lo sentimos mucho, hicimos todo
lo humanamente posible” y es precisamente allí donde el ultimo golpe de
aquel martillo de la circunstancia derrumba toda tu humanidad, en ese momento
es valido llorar, gritar, huir de toda presión, hacer memoria de todos los momentos
que ese ser tuvo en vida, pero nunca culpar a ese alguien superior llamado Dios.
¿Tu pensamiento aun
cuando salgas a la calle, estará libre? Sabes, todos los días salgo y mientras
voy en el camino observo mucha gente afuera, van bien vestidos, otros quizás no,
eso sí, noto un afán en ellos como si el tiempo no les alcanzara, y van por la
vida con grilletes y esposas en el alma, sus corazones están rotos y muertos; se
saludan y se dicen uno al otro indirectamente: “lo siento mucho, hice todo
lo posible”
Una vez estuve en una
calle, a la derecha veía muchos doctores con sus batas, con sus fonendoscopios
y excelentes autos; en la otra calle a la izquierda veía unos edificios en construcción,
solo había obreros e ingenieros, unos echaban el concreto, otros preparaban la
mezcla y otros descansaban; me preguntaba si eso lo escribirían en su diario. Claro
que sí, me respondí, pero también entendí que tanto los doctores como los
maestros de obra pueden tener diferencias en lo que hacen (en su profesión),
pero los une el mismo corazón muerto, un corazón lleno de concreto, seco y sin
tiempo, fueron absorbidos por el afán de su humanidad, tratan de ser libres,
pero no lo son; y le dicen al corazón: “lo sentimos mucho, hacemos todo lo
posible” enterrándolo cada vez más en ese pecho lleno de fango.
¿Por qué tuve a bien
escoger este tema? porque nosotros como cristianos a veces también hemos sido
absorbido por muchas de estas cosas y a veces nos duele tanto cuando nos dicen:
¡lo sentimos mucho, hicimos todo lo posible! Y fíjate que en ocasiones vamos
a tener que necesitar esa frase un par de veces para recordarnos que dependemos
de Dios y no del hombre; es tan necesario tener
certeza de lo que creemos y esperamos, sí, es tan necesario tener claridad de
la verdad que hemos abrazado, y más cuando vivimos en un tiempo de tanta
relatividad, donde cada uno cree conocer o tener su propia verdad. Es entonces ahí
cuando el evangelio cobra mayor relevancia para el pueblo de Dios.
Es
ahí cuando la ciencia queda con las manos cortas y lo único que dice es: lo sentimos mucho, hicimos todo lo posible, pero ¡Hey! su poder va más allá,
su poder levantó a Lázaro después de 4 días de muerto, levantó a la hija de Jairo
de entre los que duermen, levantó al hijo de aquella viuda. Sanó leprosos y dio
vista a ciegos; libertó a los que estaban oprimidos y dejó libre a los que
estaban endemoniados. Cuando la ciencia dice es imposible, Dios dice si es posible
y cuando lo siente mucho, solo son palabras, pero el Señor es el consolador, él
si sabe que es sentir dolor y no solo siente palabras, sino que siente y te
abraza con el corazón.
Vuelvo
a preguntarte, ¿eres libre aun sabiendo que el mundo pueda desmoronarse? Te animo
a que digas que sí, ¿Sabes por qué? Porque nuestra esperanza no procede de la
tierra, nuestra esperanza procede del Señor, Él es la esperanza viva, es la
esperanza que capacita, es la esperanza que nos mueve, que da sentido a
nuestras vidas. ¡Oh! Cuánta razón tenía Pedro cuando muchos eran perseguidos, echados
a los leones y colgados en la horca; él fue capaz de decirle a todos esos cristianos
que hoy en día tal vez se conforman con esa frase que es un puñal para tu circunstancia,
que: “Alégrense de verdad. Les espera una alegría
inmensa, aunque tienen que soportar muchas pruebas por un tiempo breve. Estas
pruebas demostrarán que su fe es auténtica. Está siendo probada de la misma
manera que el fuego prueba y purifica el oro, aunque la fe de ustedes es mucho
más preciosa que el mismo oro. Entonces su fe, al permanecer firme en tantas
pruebas, les traerá mucha alabanza, gloria y honra en el día que Jesucristo sea
revelado a todo el mundo”.
Y como
si fuera poco, cuando la ley se atrevió a decirnos: lo sentimos mucho, hicieron
todo lo posible no pueden salvarse. Él trajo la gracia, es decir que
donde no había salida Él abrió una, donde no había camino el preparó uno, mi
pregunta ahora es, ¿Qué es lo que Él no pueda hacer entonces? Él es soberano,
hace como quiera, con quien quiera y donde quiera; si rompe con circunstancias,
paradigmas, dictamen médico, crisis económica, crisis existencial. Él lo hace
todo, si es necesario que lo vuelva hacer, lo hará, y si así no fuese te enseñará
a depender de Él, no de las circunstancias. Cristo es todo, en todo y por
todos.
¡Ah! Cuando vuelvas a escuchar, lo sentimos, hicimos todo lo posible; Escribe en tu diario: tú confía y él hará.
-Andrés Bonza
Wow Gloria a Dios, poderoso👏👏👏👏👏🇨🇴
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