ARRAIGADOS Y SOBREEDIFICADOS EN CRISTO - EDICIÓN ESPECIAL.



¡Pum! ¡Pum! ¡Pum! Era el sonido de un martillo y un cincel que golpeaban una roca muy grande…

-¡HEY! Esta no sirve, ¿Dónde le echo?   –exclamó  uno de los edificadores de ese lugar; inmediatamente respondió otro sujeto y dijo: -échale por ahí.- guardó silencio por dos segundos y continuó hablando, -De igual manera es una piedra, no tiene ningún valor, sigue trabajando no te desconcentres-. La piedra descendió sobre aquella montaña a gran velocidad hasta detenerse en la rivera del rio, que nacía en el valle donde había unos bellos juncos.

Pasó cierto tiempo y aquellos hombres abandonaron el trabajo que habían comenzado, pues no les pagaron como ellos querían y se olvidaron completamente de la piedra que un día habían desechado ya que para ellos solamente fue una simple piedra.

El cielo, el cielo empezó a oscurecerse y las aves fueron en busca de refugio, las hormigas muy comprometidas consigo mismas sabían que pronto iba a llover y guardaron comida. Llegó la lluvia, el que labraba recogió sus herramientas y fue de vuelta a casa; las aguas del rio empezaron a desbordarse sobre todas las plantas y cultivos que podían estar cerca de la rivera; duró el tiempo suficiente para que cesara la lluvia y bajara la creciente del rio. El lodo era impresionante, había mucho en realidad, el sol salió más radiante que cualquiera de los otros días, los juncos florecieron y juntamente aquellas plantas que estaban alrededor.

¿Se acuerdan de la piedra?, Si. La piedra permaneció aunque no se le vio más en la superficie, pues a causa de la lluvia y la creciente del rio quedó enterrada en el lodo y amarrada fuertemente por unas  raíces las cuales estaban en lo profundo, pero luego estas dieron forma a un tallo que si salió a la superficie y creció lo suficiente para ser un árbol grande, fuerte, florecido, fructuoso, verde de olivo.

Hay una especie de olivos llamados milenarios que viven hasta más de 1500 y 2000 años, éste fue uno de ellos; pero para que duren esa cantidad de años deben estar arraigados, plantados, afirmados lo más  profundo posible, y sepa usted que no es casualidad que hace más de 2000 años unos edificadores reprobaron una piedra, desechándola llegando a pensar que no serviría y sobreviviría ¡pero! que mal pensaron porque esa piedra según el Apóstol Pablo en Efesios 2. 21 nos enseña que hoy por hoy a permanecido y es nuestro fundamento, es nuestra esperanza, es nuestra salvación, es la que nos sostiene, es la piedra del Angulo, es Nuestro Señor Jesucristo la Roca eterna; por lo tanto yo soy como un olivo verde que florece en la casa de Dios; yo confío en el gran amor de Dios eternamente y para siempre.
                                  
-Andrés Bonza.

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