El REGALO PERFECTO



Te paras en frente de una vitrina y empiezas a mirar ¡cuál es el anillo perfecto para esa chica que te gusta!, es válido observar cada detalle, valor y calidad porque sabes a quien se lo darás. Está el viejo amigo que no sabe que regalarle a su casi hermano de toda la vida y lleva horas pensando que podría ser y no fuese a repetir el mismo regalo de años anteriores. Un papá que ha salido rápidamente de su trabajo, ha tomado el auto bus y se dirige al centro comercial más cercano para comprarle el juguete de moda  su hijo. Lo más común en todo esto es la intención que tiene cada ser humano para lograr satisfacerse así mismo del regalo perfecto para otra persona, pasando por alto que el resultado es poco y pasajero.

“¡Gracias a Dios por su don inefable!” 2 Corintios 9:15

Desde que te levantas hasta acostarte se llama misericordia  (Lamentaciones 3:22-23)

¿Quién más te puede dar esto aparte de Dios?

Cada cristiano reconoce que diariamente recibe múltiples bendiciones de parte de Dios (Salmos 68. 19) de manera que no hay otro que genere esa satisfacción de sentirse amado por medio de bondades y benevolencias.

Si quieres saber cómo Dios da ese regalo, para ti es esta historia:

Tony se encontraba jugando en la sala de su casa donde su papá le había advertido que no podía jugar ahí, porque habían objetos muy valiosos y no era el espacio indicado; resulta que le pegó muy por debajo a la pelota y ésta tumbó un jarrón de cerámica Iraní y se quebró en cientos de pedazos. Al ver esto Tony no sabía si recoger los pedazos de cerámica o salir corriendo y esconderse; mientras él se decidía su papá entraba con la camioneta al garaje, Tony escuchó el motor del carro apagarse, la voz de su papá que cantaba una canción en inglés  mientras se bajaba del auto con unas bolsas, su corazón quería detenerse, de inmediatamente lo primero que hizo fue esconderse olvidando la pelota desinflada y los pedazos de cerámica en el suelo de la sala… - ¡TONY! – Exclamó su papá muy furioso al ver tal acontecimiento, - ¿Dónde estás?-, Tony lentamente  salió debajo de su cama con la cabeza gacha y lágrimas en sus ojos, pues sabía que merecía un castigo, ya había sido advertido y el jarrón llegaba a costar mucho. - ¿Qué has hecho?, te he dicho que está prohibido jugar aquí, has desobedecido hijo…-, pero el Padre viendo la condición y necesidad de su hijo se inclina y le alza la cabeza; sabía él que un error lo puede cometer cualquiera y más siendo un muchacho donde a veces la obediencia cuesta, pero el resultado cambia la circunstancia, de manera que Tony merecía más que un regaño por lo que había hecho; pero ¡vaya! que sorpresa su papá tomó una de las bolsas y sacó un regalo, no teniendo en cuenta lo sucedido.




Juan escribió “Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito” (Juan 3. 16)

Tú y yo somos Tony, que a pesar de que no fuimos advertidos, ni comido de ese fruto prohibido literalmente, (Romanos 5. 12) hemos venido con esa naturaleza pecaminosa, siempre inclinados al mal, desobedecer se vuelve más fácil y practico, o realizar nuestra voluntad ante cualquier otra; la palabra del Señor dice en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros (Romanos 5. 8), siendo nosotros enemigos nos reconcilió, se hizo nuestro amigo y luego murió, para dar su vida en rescate por nosotros.

Así que el regalo más grande que alguna vez te hayan dado no fue comprado en una tienda, no se intercambió dinero en efectivo, ni siquiera estaba envuelto. Sin embargo, le costó todo al Dador.

La Biblia dice que Dios envió a su Hijo a la tierra para darnos el mejor regalo de todos, él vino a la Tierra para morir y para que pudiéramos estar en una relación correcta con Dios (Romanos 3. 24-25).


Sabes que en esto se basa el regalo perfecto, en su BENDITA Y HERMOSA GRACIA que no merecíamos primeramente su perdón ni mucho menos la salvación pero a él le plació abrir una de esas bolsas y darnos un regalo perfecto, gracias a Dios por su don inefable.

Tal y como somos nos amó.

- Andrés Bonza.

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