ÉL NOS AMÓ PRIMERO


La palabra de Dios hace énfasis en la perversión universal del hombre (Romanos 3. 10-12), pero la misma palabra también nos dice que este hombre lleva en su estructura la imagen de Dios esto hace que sea objeto de su amor inmerecido. En resumen, el hombre en su estado de miseria, de ceguera y de enemistad con Dios, necesitaba una oportunidad para salvar su vida del estado en que se encontraba,

¿Por qué era necesaria una oportunidad?

Por el  incidente en el Jardín del Edén, toda la raza humana quedó expuesta al infierno, quedó sucumbida totalmente en el pecado. Ya no es  necesario que actúe ninguna fuerza externa en nosotros para hacernos  pecar, ya que nosotros mismos reflejamos qué tan malos somos, con nuestros hechos damos a mostrar que nuestro corazón está inclinado totalmente al mal como expresan las escrituras, entonces merecíamos una paga dada por el pecado la cual no era, ni con lingotes de oro, ni con tierras, ni con cualquier otra perla preciosa, si no con la Muerte. (Romanos 6. 23)

Ahora bien la palabra de Dios expresa “Porque de tal manera amó Dios a la humanidad”, la frase conocida por todo el mundo pero es ignorada por el mismo;  en ésta se muestra un compromiso, una entrega, humildad, una voluntad, sacrificio y es lo que siempre el apóstol Pablo en su énfasis ‘cristo céntrico’ recalcaba,  (Filipenses2. 5-8.)

Ahora ¿Qué es el hombre antes Dios?

Ante Dios no somos nada, pero si somos importantes para él. El hombre es polvo y al polvo volverá (Génesis 3. 19) el salmista se preguntó también lo mismo en (Salmos 144. 3) y su única respuesta fue que somos semejante a la vanidad; Simplemente somos pecadores incapaces de salvarnos a nosotros mismos.

De manera que Cristo murió por su pueblo por su misericordia, fue porque a Él le plació hacerlo a pesar de que éramos pecadores, a pesar de que habíamos quebrantado cada una de sus leyes; mientras andábamos por ahí vagando y pecando continuamente, mientras caminábamos rumbo al infierno, Cristo se preparaba para ser sacrificado por muchos. Un sacrificio perfecto que es efectivo para todo aquel que cree. (Romanos 5.) (Efesios 2. 1-3)

En nuestro estado natural, no buscamos a Dios, no amamos a Dios y no deseamos a Dios, por eso no hay quien diga yo lo encontré primero, o que diga yo lo amé primero porque sería una total mentira.

Sólo se decir lo mismo que dijo el apóstol Pablo que de lo vil y menospreciado escogió Dios (1ra a corintios 1. 27-28), como dijo Isaías que éramos una llaga podrida (Isaías 1. 6); Reconocer todo esto es un acto de humildad y de agradecimiento, porque saber que el amor de Dios nos invadió por completo a través del sacrificio la cruz es volver al inicio de la creación cuando amó al hombre, y en eso se basa el evangelio de Cristo,  en buscar y salvar lo que se había perdido, y no solo eso sino reconciliar al hombre a través de su amor, recuperar la conexión.
 

En conclusión, nosotros amamos a Dios no solo por lo que él nos ha dado, sino porque él nos amó primero sin merecerlo y sin saberlo, con un amor incondicional que hasta el día de hoy no hay palabras suficientes ni en diccionarios, ni en las grandes bibliotecas del mundo, ni en Google, solo hay corazones entregados que se conectan en adoración y en gratitud por tal amor.


 Para ti que llegaste hasta el final de este artículo, con amor eterno te he amado por eso te sigo con fidelidad.




-Andrés Bonza.

Comentarios

Entradas populares